Nos encontramos ante el tercer y último libro de esta serie, en este caso nos narra la historia de Phoebe, hermana y prima de las anteriores protagonistas.
Debido a la muerte repentina de su madre, Phoebe, su hermana y su prima se quedan desamparadas ya que su padrastro no quiere saber nada de ellas.
A Phoebe siempre se le ha dado bien coser y dada su penosa situación económica decide confeccionar trajes para una tienda exclusiva bajo un seudónimo, madame Dupree, una viuda francesa.
A la dueña de esta tienda le llega un encargo muy importante y decide hacerle chantaje a nuestra protagonista para que lo acepte. Phoebe no puede permitir que se desvele que se dedica a coser, ya que eso sería su descalabro social, por lo que decide realizar el encargo; para ello se tiene que trasladar a la casa de campo de nuestro protagonista, William Darby, vizconde de Summerfield.
William ha pasado años viajando por medio mundo, hasta que recibe una carta en la que le informan que su padre está muy enfermo. Cuando llega a la casa familiar se encuentra con un panorama desolador, su padre está muy enfermo y sus hermanos y hermanas están totalmente asilvestrados. Sus hermanas ya están en edad de presentarse en sociedad y decide contratar los servicios de madame Dupree, para que les realice los vestidos.
Para mi gusto es el peor libro de los tres que componen la serie, nuestro protagonista me ha resultado mandón, prepotente y pretencioso; incluso ha habido un momento del libro en el que he estado a punto de cerrarlo por lo exageradamente altivo que resultaba.
Phoebe se comporta demasiado sumisa, para ser como es una chica de buena posición social acostumbrada a que le sirvan y no a servir.
Los personajes secundarios tampoco me han gustado demasiado, las hermanas muy prepotentes y los hermanos pasan por el libro sin pena ni gloria.
Mi puntuación 3 sobre 5