Crítica . Julia London - Algo más que una cara bonita

Segunda entrega de la serie hermanas Lear.

Rebecca, nuestra protagonista, estuvo casada durante años con Bud, y como le ocurre a mucha gente con ese nivel de vida, estaba tranquila y se sentía feliz porque no veía complicaciones, sobretodo porque se dedicaba a mirar para otro lado mientras su marido tenía alguna que otra aventura. Pero como todo tiene un final, llega el momento en que él toma la decisión de divorciarse y ella se encuentra sola con su pequeño hijo. Y se da cuenta que a parte de ser esposa no sabe hacer otra cosa, jamás ha trabajado, no terminó sus estudios y comienza a pensar que incluso no supo ser ni madre ni compañera.

La escritora nos muestra a una mujer hermosa, que comienza a asimilar que su gran logro en la vida fue convertirse en Miss Texas, algo que si lo piensa bien ni siquiera quería. Ahora quiere convertirse en alguien distinto, conseguir un trabajo y demostrar que no es sólo un envoltorio. Por eso la participación como voluntaria en la campaña de un antiguo amigo parece lo que necesita, sólo hay un pequeño escollo: Matt.

Matt, el abogado de las causas perdidas, de los casos que no dan dinero, un hombre integro al que le gusta ayudar, aunque eso no impide que tenga sus propias ambiciones. Participa en la campaña de un amigo y es ahí donde coincidirá con Rebecca, la animosidad entre ambos es latente. No tuvieron un buen inicio, pero las salidas y comentarios de la chica lo convencen de que sólo tiene aire en esa preciosa cabecita.

Tengo que decir que no esperaba nada de esta historia, porque los comentarios que había leído me hacían pensar que no merecía la pena y seguramente por eso no me ha parecido tan mala. Me he divertido con los diálogos de ambos personajes, sus enfrentamientos, sus apuestas y la visión que cada uno tiene del otro.

Matt es un casanova, cuyas conquistas no duran demasiado. Por el contrario Rebecca no está tan ducha en el arte del ligoteo, aunque su cuerpo y cara hacen pensar a los hombres que la rodean todo lo contrario. Para él no supondría problema alguno tener un escarceo amoroso con ella; sin embargo la chica no tiene ningún interés en ese macho presumido.

Ambos van a irse descubriendo poco a poco y es durante ese período de tiempo en el que Rebecca va a poder demostrar si ha cambiado tanto como quería o por el contrario seguirá siendo la "Barbie" de siempre. Al contrario que Matt, ella no está interesada en un revolcón con él. Y en ese tira y afloja desarrollarán unos sentimientos que no esperaban.

El libro tiene un punto en contra, dedica demasiado tiempo a la campaña política. No es que nos desvele el método de votación, pero se centra bastante en el desarrollo. Esa parte se hace pesada, quizás hubiese ganado el doble si se saltase tanta disertación sobre temas de politiqueo. Esa parte la hubiese suprimido y hubiese intentado aprovechar al máximo los diálogos entre ellos, porque tienen momentos muy divertidos.

En cuanto a secundarios, no existe nadie destacable, salvo las apariciones de su hermana Robin (protagonista del primer libro, junto con Jake) y el padre de las chicas que continúa con su lucha contra la enfermedad. Ningún secundario que nos haga pensar en el próximo partenaire para la hermana que falta.

Me ha gustado, no tanto como el primero, que me pareció perfecto. Pero está bastante bien para pasar un rato divertido, sobretodo si os gusta el chick-lit, porque la catalogo más en ese estilo que en romance, que para mí es interesante pero secundario.

Se pasa un arto agradable leyendo este libro, si te quitas de encima a la pesada Rebecca, que como protagonista me pareció una estirada, superficial y egoísta. Dejando a su hijo en otras manos mientras ella hace carrera, como si los demás estuvieran allí para hacer de niñeros. En esa escena entendí la furia de Matt, un santo en mi opinión.
Pobre hombre, acabar con semejante mujer.