Entre las escritoras que he descubierto y de las que me he leído todo lo publicado en español se encuentra Rachel Gibson. Sus argumentos son divertidos, muy amenos e incorporan personajes bien retratados e historias que pueden ser ligeras o por el contrario más dramáticas y profundas. Creo que consigue pasar de temas peliagudos a temas muy Light, sin el menor problema.
Lola es una ex modelo, que ha tenido bulimia, tema que la escritora trata muy por encima, pero que deja entrever que supuso un gran problema para nuestra protagonista. El hecho de estar todo el día siendo observada por miles de ojos, te “obliga” a estar siempre perfecta y de alguna forma esto incide negativamente en aquellos cuya personalidad no está bien definida y que tienen problemas de autoestima. Una vez abandonada su carrera e iniciado un negocio de venta de ropa interior que está consiguiendo gran aceptación, decide tomarse unas vacaciones para escapar de su mayor escándalo; su ex novio ha colgado unas fotos de ella en Internet completamente desnuda, lo que le hace plantearse como solucionará ese problema, pues la prensa está acribillándola debido a su nuevo look, algo más rellenito.
Max Zamora será nuestro James Bond particular; preparado para luchar por tierra, mar y aire, se encontrará con Lola en el peor momento ya que está siendo perseguido por unos traficantes de droga. Para escapar toma prestado un yate en el que por casualidad Lola está pasando su descanso, y por tanto no sólo se apropia del barco sino que la “secuestra”.
El personaje masculino en manos de otra escritora seguramente me hubiese incitado a “quemar” el libro; sin embargo, a pesar de su prepotencia, su actitud de “aquí estoy, nena, ¡¡¡voy a salvarte!!!”, su empecinamiento en que es el mejor y lo sabe todo, su excesiva competitividad se hable del tema que se hable (“lo sé todo, nena, no creo que puedas enseñarme nada”), me ha resultado muy simpático. ¿Puede odiarse a un personaje que resulta gracioso por las incongruencias de su comportamiento?. Su actitud pasa en un momento de Rambo a Teresa de Calcuta, situación que ha conseguido provocarme algunas carcajadas. (Inciso: Las frases son de mi cosecha, no creo que aparezcan de esa forma en el libro; pero su actitud me ha hecho pensar que podría decirlas con total facilidad). Pero ella también está a su altura sobre todo en competitividad, hay momentos muy divertidos en relación a este tema.
La relación de ambos protagonistas pasará por momentos de odio intenso, donde a ambos les encantaría lanzarse a la yugular del contrario y hacerlo/a desaparecer, momentos más relajados que les permiten compartir secretos sobre su vida y situaciones familiares, y otros de intensa pasión, y son justamente estos últimos los que me han parecido una “chorrada”. ¡¡¡¡ Por favor!!!, que estáis a punto de ser encontrados por los malos(malísimos) que intentarán reteneros o mataros, y ¿qué se os ocurre? ¡¡Qué viva el sexo¡¡¡¡ Esto no me lo creo ni aunque sea Rachel Gibson la que me lo cuenta. Para cada cosa hay un momento y señora Gibson por mucho que me guste su forma de narrar y contar historias, esto es el colmo del descontrol. Claro que igual con la adrenalina a ciento veinte o doscientos por hora, con la “muerte” acechando, pos haya que darle gusto al cuerpo.(¿?)
“Lola lo revela todo” ha sido mi última adquisición y aunque había leído comentarios de que no estaba a la altura de otros libros me lancé igualmente a su lectura. Y encontré un libro que me ha resultado entretenido (sin más), con un inicio aburrido y los intentos narrativos de la autora para conseguir llegar a buen puerto con este argumento rocambolesco. Si podéis sobrevivir a los tediosos primeros capítulos quizás seáis capaces de disfrutar del tramo final.
Desde luego no es un libro imprescindible, pero si buscamos pasar un rato ameno, una lectura ligerita para días calurosos, y no esperamos un argumento creíble, entonces habremos acertado, siempre y cuando no intentemos comparar este libro con : Daisy vuelve a casa ó Jane, juega y gana, ni siquiera con Confesiones verdaderas.
En resumen, a mí me encanta Gibson, y esta historia con su forma de narrar deja de ser un “bodrio infumable” para convertirse en un libro que se DEJA LEER. Pero si no os gusta su estilo, o esperáis un libro congruente, es mejor que no os gastéis el dinero. Aunque sea de Gibson se puede prescindir de él, es sin ninguna duda su peor libro. Y se salva de la mitad (muy mitad) hacia el final.
Fastidia mucho tener que reconocer que un libro de una autora que consideras buena, es mediocre, tirando a malo. De verdad que pese a los comentarios que había leído, lo empecé con ganas, pero me fui desinflando a medida que avanzaba la lectura.
Besos