Siempre me pasa con los libros de Nora Roberts que pertenecen a trilogías o series, que termino uno y ya estoy deseando que salga el siguiente, y éste es precisamente el libro que estaba esperando con más ganas. Desde el momento en que Jordan hizo acto de presencia en “La llave de la luz”, primero de la Trilogía de las Llaves, supe que su historia con Dana sería una de mis favoritas, quizás fue intuición o quizás la suerte de ver coincidir un argumento y la idea de una historia con los ingredientes que me gustan, pero se me estaba haciendo eterna la espera para tener entre mis manos “La llave de la sabiduría”.
Como descubrimos en el primer libro, Dana es la protagonista de esta historia, en la que debe encontrar una de las llaves que consiga liberar a las Hijas de Cristal, y para ello debe conjugar su pasado, su presente y su futuro, algo que resulta bastante complicado y la hará pasar por diversas fases y no todas agradables.
Dana y Jordan hace años que se conocen, crecieron juntos, y pasaron por la etapa de amistad, hasta el descubrimiento del amor en la adolescencia. Cuando las cosas estaban mejor para ambos, Jordan toma la decisión de abandonar su lugar de residencia e irse a Nueva York, rompiendo con todo, incluso con la relación que ambos jóvenes mantenían. Dana jamás ha podido olvidar ese momento y la enorme tristeza y dolor que le provocó. Jordan se ha convertido en un escritor de éxito y la vida parece sonreírle. Ahora ambos están, sin querer, embarcados en la misma aventura, y para lograrlo tendrán que dejar de lado sus diferencias, su dolor, su enemistad y mirar hacia delante ¿serán capaces de olvidar todo el sufrimiento, y comportarse como personas adultas?
Dana es la protagonista femenina de esta trilogía que a simple vista y en una primera lectura, me ha provocado más interés. Su forma de ser tan arrogante incluso “borde” en determinados momentos, “dura”, “rencorosa” y con ansia de “venganza” puede hacer que la aborrezcas o la adores, a mí me ha tocado la segunda opción. Es la protagonista femenina que me gusta, no se amilana, no quiere permitir ser doblegada, sabe las cosas que ocurrieron en su pasado y no quiere olvidarlas, pero a pesar de todo es capaz de mirar el futuro con ilusión. Proyecta una fachada tan fuerte que es capaz de encubrir con mucha facilidad sus miedos, sus angustias, también sus deseos más profundos, es compleja.
Jordan es un personaje masculino muy atrayente, como todos los personajes masculinos de Nora Roberts, a mí incluso me parece que sus “hombres” siguen unos estereotipos determinados, pero siempre son igual de intensos. Está tan bien descrito que es fácil imaginar a ese hombre tomándote de la mano, o llevándote a cenar, y a pesar de que durante los primeros capítulos me ha sido fácil ponerme en la piel de Dana, a medida que avanzaba la historia me sentí dividida entre ambos personajes, sin ganas de elegir entre uno de ellos o sus comportamientos, sino simplemente atraída de tal forma por la historia que me sentí atrapada en las “hojas del libro”.
Como siempre el momento en que lees las historias es fundamental, y también el estar predestinada a que me gustase el libro, porque me encantan los reencuentros, ha podido influir. Pero a pesar de todo creo que no sólo eso hace que un libro te haga vibrar y te transporte, sino que la historia debe ser buena y enganchar, y en este caso lo consigue plenamente. En algunos momentos la tensión era tan fuerte, que me sentía también parte del argumento, era como estar viviendo las situaciones, la tensión, la agonía, el dolor…. Pocos escritores son capaces de transmitir tan bien los sentimientos, pero cuando eso ocurre estás delante de un buen libro, porque cumple la función fundamental de todo escrito “hacerte olvidar lo que te rodea y sumergirte en la lectura”.
Los secundarios me encantan, TODOS, la unión y la amistad entre ellos está muy bien retratada, eso es algo que también domina como nadie Nora Roberts, parece que estás en el salón de casa con todos ellos.
La única pega que le pongo es que como todos los Roberts finaliza con “brusquedad”, alguien debería decirle a esta mujer que necesitamos epílogos en sus libros, o al menos un gran epílogo en el libro final de las trilogías, con su arte y su forma de escribir es lo único que le falta, dedicarse a los finales que los corta como si fuese una navaja rasurando la barba….
En resumen lo recomiendo totalmente, ayer noche lo compré en el Corte Inglés, justo antes del cierre, y era el único que había, casi pasaba de largo y de pronto lo ví, y me ha durado un suspiro. Y ahora ya sólo me queda esperar el dedicado a Zoe y Brad, a mí me parece que si siguen la misma progresión de los anteriores, debería ser incluso mejor.
Besos