Sally, matriarca de la familia MacDowell sufre de una enfermedad cuyo desenlace parece estar próximo. Carolyn Smith, ha permanecido junto a ella en los últimos años, hasta el punto de abandonar completamente su vida. El único hijo de Sally desapareció hace 18 años en circunstancias extrañas y nadie ha vuelto saber de él. Pero ahora ha vuelto decidido a recuperar su lugar en la familia.
Carolyn es la persona que mejor conoció a Alex. Debido a la proximidad en sus edades, compartieron juegos y secretos; pero sobretodo se conocían muy bien, por eso será difícil que la persona que ha llegado a la familia dispuesta a demostrar que es Alex sea capaz de engañar a Carolyn. Para ella está claro que tiene que ser un impostor, pero también sabe que es la única persona que será capaz de insuflar un poco de ánimo a los últimos días de vida de Sally. Únicamente por eso merece la pena ver hasta donde es capaz de llegar éste nuevo Alex.
Alex ha llegado dispuesto a demostrarles a todos que es el hijo de Sally, que ha llegado en el momento oportuno para estar a su lado hasta su último suspiro; pero no contaba con las suspicacias que despertaría su llegada. La mayoría de los familiares de su madre no están seguros de su legitimidad, además Carolyn está dispuesta a ponerle a prueba en cualquier ocasión. Pero él tiene su lección completamente aprendida y no va a dejar que nadie le separe de su madre, ni tampoco de la herencia que le corresponde.
Desde el inicio de la historia es evidente el antagonismo existente entre los protagonistas, más afilado en el caso de Carolyn, que no está dispuesta a ser engañada. Ella sabe algo que todos desconocen, que ha silenciado durante años, y por ahora piensa seguir callada. Su único problema es la gran atracción que siempre sintió por Alex, y que todavía perdura, algo a lo que no es capaz de hacer frente, y que la lleva a tomar decisiones que van contra los dictados de su cabeza.
Por su parte Alex tiene un carácter tan reservado que su historia no sólo levanta suspicacias entre los familiares, sino en el propio lector. Anne Stuart consigue un personaje que retrata muy bien una doble personalidad, capaz de cualquier cosa, y mantiene a sus seguidores en la tensión de conocer su verdadera identidad.
Carolyn arrastra desde la niñez la inseguridad de desconocer su origen y sentirse una intrusa en la familia que la acogió desde cría, pero donde nunca se ha sentido parte integrante. El regreso de Alex, sólo sirve para recordar con más fuerza este sentimiento que creía ya superado.
La llegada de Alex va a despertar en el seno de la familia los odios que estaban dormidos, las suspicacias y viejas rencillas y todo ella ayudará a conformar un libro con una trama interesante y entretenida.
La pareja consigue una tensión sexual que se mantiene durante casi toda la historia. Y aquí el personaje masculino, a pesar de sus reservas y de sus comentarios, no se hace "odiar”, todo lo contrario consigue llegar al lector de forma que otros personajes de Anne Stuart no logran, al menos desde mi punto de vista.
Esta es la Anne Stuart que me gusta, con un personaje con un carácter definido, al que no sabes bien como catalogar pero que entusiasma al lector y convierte el libro y la lectura en ameno y muy interesante.
Lo recomiendo totalmente.
Tema: Crítica: El impostor de Anne Stuart 
Vie Sep 11, 2009 1:29 pm
