Crítica : Suzanne Brockmann - Corazón en peligro

Durante ocho semanas, la agente P.J. Richards iba a tener acceso a un mundo dominado por hombres, y no estaba dispuesta a distraerse con nada... ni con nadie. Y eso incluía a “Harvard” Becker, jefe los SEAL.
Harvard no quería distracciones como P.J. cerca, y aunque respetaba sus habilidades y su inteligencia prefería no tener que ser responsable de ella.
Sin embargo, P.J. no era una mujer que se rindiera fácilmente y, en su opinión, Harvard tenía mucho que aprender. Pero P.J. nunca habría esperado que él estuviera tan dispuesto a instruirla en otras asignaturas... como la confianza, el deseo y quizá incluso el amor.


Suzanne Brockmann es una de mis escritoras favoritas; pasé mucho tiempo localizando sus libros en el foro de compra-venta, para poder tenerlos todos. Ahora he tenido la suerte de que me han regalado éste, su última publicación. Pertenece a la serie “Tall, Dark and Dangerous” y me parece que ocupa el quinto lugar.

Empecé el libro con muchísimas ganas, pero en las diez primeras páginas comencé a desinflarme como un globo. ¡¡No me estaba gustando!!! ¿Por? Muy sencillo, la primera parte es aburrida, tediosa y repetitiva. La escritora nos sitúa en el mundo de los SEAL, y esta vez los hace acompañar por agentes de la FINCOM. Desde el principio queda patente que hay antagonismo entre ambos, y que los SEAL consideran que los compañeros que les han enviado tienen varios problemas, el principal es que no pueden seguir su ritmo. La escritora en este tema, desde mi punto de vista, se para en exceso. ¿Dónde está la acción? ¿Dónde esos SEAL que pueden con todo?

Las cosas discurren relajadamente, les falta ponerse a jugar al parchís. Ya estaba pensando en dejar de lado la historia, aunque por supuesto con un cabreo monumental. Entonces, ¡¡sorpresa!!, consigo engancharme, meterme en situación; tengo una óptica diferente de ambos personajes y sin saber cómo, me encuentro inmersa en la trama, y la devoro página a página hasta el desenlace.

La unión P.J.- Harvard no me agradaba; los veía diferentes y pensaba que no iban a compenetrarse. Sin embargo, tanto uno como la otra intentan eliminar asperezas para poder trabajar en equipo. Él se implica más y tiene más interés en relacionarse con ella, aunque P.J. siente lo mismo, pero necesita tomarse las cosas con calma.

A medida que avanza el libro, queda patente que P.J. arrastra una infancia muy difícil; nada que ver con la vida que ha llevado Harvard, cuyo apodo es precisamente porque tiene una licenciatura; el único de su escuadrón que puede presumir de ello, aunque no lo haga.

Pensé que la razón de Harvard para formar parte del escuadrón Alfa tendría mucho que ver con el patriotismo, pero me sorprendió el enfoque que le dió la escritora; ha intentado dotarlo de ternura y envolverlo en un paquete que indique lo contrario.

P.J me gusta por sus ganas de luchar, porque hace frente a las miradas de reojo de sus compañeros e intenta ser aceptada como uno más. Debe ser difícil competir en un mundo de hombres, tan reservado, tan duro, y conseguir ser respetada y valorada.

Durante el entrenamiento que ambos grupos llevan a cabo, se estrecharán lazos, se descubrirán sentimientos que parecían estar ocultos, y la escritora nos sorprenderá con un giro totalmente inesperado, pero que le da acción a un libro más tranquilo que los anteriores.

El resultado es un argumento lento en inicio, pero más ágil a medida que avanza. Una historia de amor que comienza con un gran antagonismo y las barreras levantadas, para ir poco a poco convirtiéndose en un sentimiento de cariño y cercanía. Harvard tiene muchas cosas que aprender sobre su visión de P.J.

Aparecen todos los compañeros de Harvard, muchos de los cuales ya han tenido sus propias historias. En cuanto a los compañeros de ella no merecen ni cinco minutos de descripción, anclados en sus propias ideas y con la cabeza para sujetar las orejas. Aquí la autora se ha pasado tres pueblos, no creo que todos los hombres de un grupo piensen y sientan igual, alguno tiene que haber que piense en las mujeres son o pueden ser igual de válidas para ese trabajo ¿o no?. En cualquier caso, la escritora tampoco pretende convertir a P.J. en un SEAL, aunque se acerque bastante. Un poco de apoyo por parte de sus compañeros hubiese sido lo deseable.

No es imprescindible, ni un libro inolvidable, pero después del inicio consiguió engancharme y que disfrutase del final.

Valoración : 3,5/5