La guerra ha marcado el rostro del conde de Ashby y quizá también su alma. Antes de ser herido en la guerra contra Napoleón y ser rechazado por la sociedad, el apuesto lord había sido un célebre libertino. Ahora, Isabel Aubrey, una dama decente, se atreve a aproximarse al enmascarado y solitario aristócrata para conseguir una cuantiosa donación de beneficencia y decide que debe salvarle del auto desprecio que siente por sí mismo. Isabel comienza a coquetear y él responde …..
La joven Isabel Aubrey ha iniciado junto a sus amigas Sophie e Iris una campaña para ayudar a las viudas y huérfanos que ha dejado la guerra contra Napoleón. Ante la necesidad de dinero y alguien que las represente en esta tarea, Isabel decide recurrir a la persona que sabe que podrá ayudarla, el conde de Ashby, amigo de su hermano.
Ashby ha regresado de la guerra y se ha enclaustrado en su mansión, para todos es La Gárgola, un hombre recluido cuyas cicatrices le obligan a llevar una máscara y que ha decidido apartarse de la sociedad que le rodea. No recibe a nadie, tampoco está interesado en reintegrarse en la vida que siempre había llevado. La llegada de Isabel a su puerta va a cambiar muchas cosas.
Isabel es una joven que se enamoró platónicamente del conde de Ashby, le gustaba su físico y también su personalidad. Siempre se mostró con ella cariñoso, tierno, una persona encantadora. Como la mayoría de las adolescentes está convencida de que nadie conoce este secreto. Ahora tiene la oportunidad de volver a verlo, de estar cerca de él y saber lo que le ha ocurrido en estos años y no puede evitar ir en su busca. El tiempo transcurrido ha mantenido ese amor en un lugar especial de su corazón y al verlo con su máscara, apartado y solitario se convence de que la necesita.
Para el conde los últimos años han sido duros, la guerra lo ha marcado profundamente; toma la decisión de convertirse en un solitario no sólo por las cicatrices que pueblan su cara sino porque existe un secreto que desgarra su corazón. La llegada de Izzy con su dulzura y bondad le hacen regresar al pasado y añorar todo lo que ha perdido. Su vida ha estado marcada por la tragedia y sus vivencias le han convertido en un hombre amargado y muy diferente; sin embargo la esencia de la persona que era sigue viva y quizás pueda rescatarla.
El primer libro que publicaron de Rona Sharon, Mi pirata malvado, me gustó mucho y fue precisamente ese hecho el que me llevó a leer el argumento de “Una vez, un libertino”, parecía interesante; por tanto decidí comprar el libro. Desde el primer capítulo estuve segura de que esta historia iba a engancharme aunque el inicio no refleja ni remotamente lo que me ha hecho sentir el libro. Me he visto embebida por las páginas y capítulo tras capítulo he disfrutado de la narración de esta escritora, que para mí se ha convertido en uno de mis mejores descubrimientos. Junto con la buena narración de una historia interesante se unen unos diálogos tiernos, románticos, divertidos y con chispa, con lo cual ha sido un placer disfrutar de la lectura.
A medida que el libro avanza descubrimos en el protagonista a un personaje diferente, más atormentado de lo que podría parecer, para el cual las cicatrices son sólo la punta del iceberg; al seguir indagando en su personalidad la escritora nos presenta un hombre tierno, cariñoso, conocedor de todos sus defectos y totalmente solitario, con un secreto que esconder y un anhelo inmenso en su corazón. La escritora nos permite conocer los pensamientos y sentimientos de Ashby y de esta forma el personaje llega con profundidad al lector.
Isabel por su parte lejos de ser una niña atolondrada se muestra como una chica cariñosa que no ha olvidado a su gran amor y que luchará para conseguirlo. Cuanto más se acerca al conde más descubre a la persona que se oculta tras la máscara y su enamoramiento adolescente lejos de quedar consumido por el paso del tiempo se convierte en un amor más maduro y que la llevará a arriesgarse para conseguir su objetivo.
Me ha gustado la historia, el desarrollo y los personajes, creo que todo junto conforma un gran libro, que quizás pase desapercibido igual que le ha pasado a “Mi pirata malvado” que casi no ha tenido aceptación; aunque es diferente, puesto que no está lleno de aventuras y es más profundo (desde mi punto de vista, claro). El dolor, sufrimiento y amor de los protagonistas me han llevado a sonreír, suspirar e incluso soltar alguna lagrimilla y han conseguido que robe horas al sueño para poder conocer el desenlace. Es un libro con bastantes páginas, en las que todo parece solucionarse, pero la autora nos sorprende con otro enfoque que cambia el curso del argumento, y lejos de aburrir , atrapa.
Por buscarle algún punto negativo, además del precio (aunque en mi caso lo he pagado con gusto, ¡¡¡qué bonito!!), mencionaría la traducción, que si bien no es mala me ha dejado sorprendida con algunas frases, puesto que me han sonado un tanto extrañas. Y como apunte para aquellas a las que las edades de los protagonistas les interesan decir que se llevan unos 13 años, a mí en principio esta diferencia no suele gustarme pero en este caso ni siquiera me ha importado.
Como secundarios destacar a las amigas de Izzy: Sophie, Iris y también a Ryan. Me imagino que puede existir un libro que esté conectado con éste, pero eso es una suposición, por algo que la escritora muestra en este libro.
Sólo puedo decir que me ha encantado y lo he disfrutado de la primera a la última hoja, y no sólo eso sino que quiero releerlo YA, para saborear cada página y empaparme de la historia sin las prisas por conocer el final.
Valoración : 6/5. Muy Bueno.